Una colaboración de Daniela Libertad, Fabiola Menchelli y Leslie Moody Castro
Inauguración Sábado 16 de noviembre a las 12 hrs.
Un grano en el ojo de la montaña
by Leslie Moody Castro / traducción del inglés de Yolanda Fauvet
I.
El grano se asienta en la mano como un peso pequeño. Se dobla hacia adentro y arriba de sí mismo, se deja contener tanto como resiste que lo estructuren, cayendo entre los dedos que intentan acomodarlo. Se mece y se tuerce con los movimientos de la mano que lo guarda, se desborda y se derrama mientras avanza y reacciona. En seguida se compone y se descompone, se acerca y se aleja a la vez, así como la gravedad y el espacio se empujan y se jalan.
Los granos se sienten frescos al tacto. Contienen la humedad que actúa como un elemento que configura y cohesiona la masa y la densidad. Cada grano es inevitablemente minúsculo, su peso insignificante es único. ¿Pero cómo se define la insignificancia cuando el peso y la masa de un objeto singular son colectivamente cosechados y crean algo más grande de lo que la visión humana puede procesar?
La arena se alarga tan lejos como el horizonte le permite a uno ver. Es extensa en su claridad, una blancura escueta que reluce y refleja los corpulentos rayos del sol que caen sobre ella. Un cristalino horizonte azul flota ligeramente en el trasfondo, creando la ilusión de una línea perfecta que se curva y se hunde de acuerdo a las olas de las pequeñas dunas montañosas que suben y bajan, así como la acumulación se deja llevar por los afanes y los caprichos del viento.
II.
Me paro en la orilla de un acantilado y velo el Mar del Norte. Mis ojos se esfuerzan para enfocar la vista en el horizonte. La atmósfera, densa y pesada, se extiende frente a mí y difumina la lucidez de la gravedad, causando una sensación de vértigo que se agrava por la falta de definición de la línea que divide mar y cielo.
Me dicen que estoy mirando el límite entre dos países. Que más allá en la distancia, allá en el horizonte que no distingue ni arriba ni abajo, una frontera divide el uno del otro. La única división que logro ver es la humedad que se acomoda como una cobija al levantarse del mar con la densidad y el peso del mismo mar, se asciende hacia los cielos como si la combinación de los dos fueran un ser compuesto de atmósfera y moléculas. Juntos producen una capa gruesa que se extiende más allá del alcance de la vista y desorienta los sentidos, volteando la tierra y el cielo de cabeza.
Aquí no existe la gravedad. La tierra se convierte en cielo, el cielo se convierte en mar y el horizonte en una línea desigual que se niega a ser definida.
III.
Las marcas del grafito contrastan con la blancura de la página, sus arcos y rayos arman las letras de las consonantes y las vocales que configuran las palabras de una frase. La tensión rítmica de sonido insinuado llena el cerebro con tonos tácitos y forma una cacofonía callada de oraciones que se transforman en un párrafo. Guardar significa resguardar cuando las palabras se desbordan de la página y se caen en la que sigue, forjando y forzando una arquitectura de lenguaje, un dialecto de expresión.
La palabra es un grano, la oración una línea solitaria del horizonte y el párrafo una montaña que llega a la cima y luego baja. La existencia es la contradicción no reconocida del hecho de que lo microcósmico crea lo macrocósmico y los dos se reconstruyen y se rehacen.
IV.
Estamos sentados juntos en la oscuridad, un acto ilógico a la comprensión de la profundidad de espacio. Nos permitimos perder la vista del horizonte, de nuevo eliminamos la gravedad. El paradigma de la oscuridad comienza a reflejar el paradigma de la observación. El horizonte se convierte en la oscuridad del mismo espacio, su trazo en una masa insolente y obstinada de ambigua tenebrosidad.
Nuestros ojos se empiezan a ajustar simultáneamente y la oscuridad ya no es la oscuridad sino una manera nueva de ver la luminosidad. Dos maneras de mirar y observar que no pueden existir uno sin el otro.
El grano de arena toma forma, se dobla y se pliega sobre sí. Crea las dunas que se edifican y se elevan, marcando el contraste de la línea que nuestros ojos traducen como la distinción de un horizonte, y a la distancia el grano se vuelve la montaña.
Sobre las artistas
Daniela Libertad (México D.F. 1983) Vive y trabaja en la Ciudad de México. Estudió la licenciatura en Artes Plásticas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” (2002-2007), en la Academia de Artes de Karlsruhe, Alemania (2006-2007) y la maestría en Artes Visuales en NYU Steinhardt, Nueva York (2008-2010).
Trabaja con dibujo, fotografía y video, explorando las diversas relaciones entre formas geométricas, objetos y su cuerpo, la percepción de lo intangible, lo místico y su conexión con la vida cotidiana. Investiga también cómo se construyen y depositan dinámicas escultóricas en los objetos, intentando comprender las relaciones de peso, tensión y equilibrio, que se dan entre materiales, formas y objetos.
Sus exhibiciones individuales son: esta línea va a tomar la forma de todo lo que devora. Fundación Casa Wabi Santa María la Ribera, CDMX, México 2019; L de línea. JosédelaFuente, Santander, España, 2017. Estudio sobre triángulo. The Museum of Human Achievement, Austin, TX, 2016. Empujo puertas que debería jalar, jalo puertas que debería empujar Galería MARSO, CDMX, México 2015; Estudio (trasladado) Cine Tonalá, Bogotá, Colombia 2014; Alrededor, dentro Casa Vecina, CDMX, México 2014; Un cuerpo de luz, un punto de polvo Galería MARSO, CDMX, México 2013; Das volle leert sich, das leere füllt sich (lo lleno se vacía, lo vacío se llena) POLY Galerie, Karlsruhe, Alemania 2013; Poste / Bolsa Casa Vecina, CDMX, México 2009.
Daniela Libertad es representada por la galería NF/NIEVES FERNÁNDEZ en Madrid, España.
Fabiola Menchelli (México D.F. 1983) Vive y trabaja en la Ciudad de México. Estudió la Maestría en Fotografía y Artes Visuales en Massachusetts College of Art and Design y la Licenciatura en Artes Visuales Digitales en Victoria University en Melbourne, Australia.
La obra de Fabiola Menchelli investiga ideas esenciales sobre fotografía a través del lenguaje de la abstracción. Utilizando la luz como materia prima, su trabajo explora la fotografia como espacio poético al aplicar una amplia variedad de estrategias contemporáneas y técnicas experimentales que van desde prácticas analógicas a digitales. Desde la fenomenología y la psicología, hasta la astronomía y la óptica, su trabajo busca encontrar un significado profundo del concepto de observar y a las diversas formas en las que somos capaces de expandir la visión al universo a través del uso de la tecnología.
Sus más recientes muestras incluyen, Casa Wabi (Ciudad de México), (Blain Southern Gallery (Londres), PROXYCO Gallery (New York City), Paris Photo (Paris), Brett W. Schütz Gallery (Ciudad de México) y Photo Dubai (Dubai). Ha sido invitada a participar en distintas residencias artísticas como Skowhegan School of Painting and Sculpture, Bemis Center for Contemporary Arts, Casa Wabi y Casa Nano. En 2011 recibió la la Beca Fulbright – García Robles y en el 2014 recibió el Premio de Adquisición de la XVI Bienal de Fotografía Mexicana del Centro de la Imagen. Actualmente pertenece al Sistema Nacional de Creadores del arte.
Ha sido docente de artes visuales en Reed College, en la Universidad de Cincinnati, en la Academia de Artes Visuales, en el Centro de diseño, cine y televisión, en la Escuela Adolfo Prieto del Centro de las Artes, en el Massachusetts College of Art and Design y en la Universidad Iberoamericana.
About the curator
Leslie Moody Castro es una curadora y escritora independiente cuya práctica esta basada en la itinerancia y la colaboración. Ha producido, organizado, y colaborado con proyectos en México y Estados Unidos por más de diez años, y su repertorio de textos críticos también reflexiona sobre su compromiso con el sitio. Está comprometida con la creación de momentos de intercambio y diálogo artístico y como tal es co-fundadora de Unlisted Projects, un programa de residencias para artistas en Austin, Texas. En 2017 fue seleccionada curadora y directora artística para la sexta edición de la Bienal de Texas, y recientemente la primera curadora en residencia invitada a la Galveston Artist Residency. Moody Castro tiene una maestría de la Universidad de Texas en Austin en Museum Education con un portafolio adicional de Museum Studies del 2010, además estudió Historia del Arte en DePaul University en Chicago en 2004, y ha sido acreedora a dos becas del National Endowment of Arts por sus proyectos curatoriales (2016, 2017).