Esta muestra en línea se sitúa a medio camino entre un mapa y un historiograma; a manera de hitos de una ruta trashumante o nudos de un telar, se entrelazan ideas, conceptos y lugares que han servido como toma de contexto para situar al equipo de trabajo; así como para sentar las bases de un proyecto de dinamización agroecológica y economía circular para una segunda parte del proyecto Casa Caminante de Saberes Rarámuri.
Agradecemos los aportes de representantes de comunidades de Repechique, Mogótavo, San Ignacio Arareko, Gonogochi y Norogachi, Sabina Aguilera, Luly Sosa, Secretaria de Cultura del Estado de Chihuahua y DALSA s.a. de c.v., CEDAIN, CONTEC, FODARCH, Alianza Sierra Madre, Raprámuri, Teresa Gonzalez, Adolfo y Sofia Fierro.
2021 - Campo Adentro - F. Marso
Tierra Norte
Casa caminante
- El proyecto
- Telar de ideas
- Bibliografia
Casa Caminante de Saberes Rarámuri es un proyecto de Campo Adentro y Fundación Marso, que consta de una primera parte de acercamiento, diagnóstico y generación conjunta de propuestas con las comunidades rarámuri cercanas a Creel, Chihuahua, y otra posterior que implica un proceso productivo con enfoque agroecológico alrededor de la cría de ovino, para el fortalecimiento cultural y económico como via para reforzar las demandas actuales de autogestión territorial, creando redes con aliados de otros ámbitos y con otras comunidades indígenas pastoriles.
Aguilera, S., 2014. Textiles ralámuli. Hilos, caminos y el tejido de la vida. Berlín: Gebr. Mann Verlag.
– 2012. Tejiendo conocimiento y recreando al mundo. Un análisis comparativo de los textiles tarahumara. En Gutié- rrez del Ángel (ed.) Hilando al norte. Nudos, redes, vestidos, textiles (pp. 47-88). México: El Colegio de San Luis/El Colegio de la Frontera Norte.
– 2011. De caminos, espejos y fajas. Un análisis comparativo de la iconografía textil tarahumara. En Bonfiglioli, C., Gutié- rrez, A., Hers, A. y Olavarría, M. (coords.) (2011). Las vías del noreste III: Genealogías, transversalidades y convergencias (pp. 207-232) México: Instituto de Investigaciones Antropoló- gicas, UNAM.
– 2011. La faja ralámuli: Un entramado cosmológico. México:Instituto de Investigaciones Estéticas, Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM.
Artaud A., 1974, Los Tarahumara, Francia, Gallimard.
Gutierrez del Ángel A. (ed), 2012, Hilando al Norte: nudos, redes, vestidos, textiles, México, El Colegio de San Luis.
Levi, J., 1988, “The bow and the blanket: religion, identity and resistance in rarámuri material culture”, 1998, EEUU, Journal of Anthropological Research, Vol. 54, No. 3, pp. 299-324.
Lira Larios R., 2015, “Carl Lumholtz y la objetualización de la cultura indígena en la Sierra Madre Occidental”,Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México 50 8–27
Lumholtz, C., 2012, El México desconocido. Tomo I. Volumen 9, México, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Martinez V. et al., 2015, “Diagnóstico sociocultural de diez municipios de la Sierra Tarahumara”, en alianzasierramadre.org
Naranjo A.A. 1995, Tarahumara, México, Alfaguara.
Pintado, A 2012. “El tejido de la vida: rimuwaka y la creación de la humanidad.” En Gutiérrez del Ángel (ed.) Hilando al norte. Nudos, redes, vestidos, textiles pp 89-108. México: El Colegio de San Luis/El Colegio de la Frontera Norte.
Pbto. Robles R., 1989 “Los rarámuri Pagótame”, El Rostro Indio de Dios, colecc. Teología y Liberación., México, Editorial Voces.
Sariego J.L., 2002, “La cruzada indigenista en la Tarahumara”, Revista Alteridades, México, Instituto Nacional de Antropología, 12 (24).
Servin Herrera E. 2015, Anirúame: historia de los tarahumara de los tiempos antiguos, México, Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca.
Wyndham F., 2011 “The Semiotics of Powerful Places: Rock Art and Landscape Relations in the Sierra Tarahumara”, 2011, EE UU, Journal of Anthropological Research, Vol.67 No.34
Caminos
En cada nawésali o sermón de la autoridad tradicional se habla de cómo caminar (simí) por el camino de la vida, de la experiencia. Este simí tiene que ver con caminar al templo o a otras rancherías, pero también, como lo han hecho desde tiempos muy antiguos, remite a la trashumancia o migración de acuerdo a las diferentes estaciones del año.” (Aguilera y Pintado 2015)
"Seguir el camino significa pensamiento o nátali de acuerdo a los que Onolúame o Anayáwali (antepasados) les enseñaron. El nátali es la sabiduría concebida no sólo como conocimiento sino, sobre todo, como conducta, como camino andado y voluntad.” (Aguilera 2014)
"...las personas adquieren conocimientos sobre el mundo y sobre sí mismas como individuos al recorrer su tierra por caminos ancestrales, al recordar las historias y los acontecimientos que distinguen el lugar al que pertenecen". (Aguilera, 2014)
"...algunas personas practican una forma de trashumancia trasladándose con sus animales de un rancho en las quebradas a otro en las sierras altas. Así, pueden cultivar sus tierras y alimentar a su ganado aprovechando diferentes ecosistemas. (Aguilera y Pintado, 2015)
"Lo que me han dicho es que "para los Ralámuli todo es caminar. Nunca dejamos de caminar, ni siquiera cuando morimos. Cuando se entierra a los muertos se dice que es como volver a nacer, es volver a nuestra madre, y se sigue caminando.." comunicación personal con Chacarito (Aguilera, 2014).
“Entre los rarámuri se explica que todo tiene un camino (el sol, la luna, las nubes, las estrellas, el agua, los seres vivos, etc.), incluso los curanderos transitan a otros planos del cosmos utilizando ciertos caminos.” “El camino es una metáfora de la vida que se vacía en el tejido rarámuri.”(Pintado, 2012)
Danza y rito
Se vive intensamente la celebración ceremonial, la fiesta en comunidad y la danza dentro de ella, danza que en su diversidad tanto se orienta hacia lo humano como hacia lo divino. “Se ha de danzar para que el mundo siga girando. Los chabochis, no saben de esto y no contribuyen “ (Acuña, 2012)
Como escribía Lumholtz: "Con danzas y tesgüino le expresan a Dios todo lo que quieren. Todo el ciclo vital del tarahumar y de la naturaleza lo celebra el tarahumara con danzas" Danzar (Nau-chi-li Ol-a-wa, en términos rarámuri) connota la idea de "trabajar." Se dice que un viejo puede llamar "perezoso" al joven que no danza en una fiesta.”
Todavía a finales del siglo XIX, se podrían distinguir ocho danzas diferentes llamadas: tutuguri, yúmari, matachines, pascóla, warishíwami, kuwari, ayena y yo'e, de las cuales, las cuatro últimas han desaparecido y las dos primeras se entienden como una sola con algunas variantes locales en la actualidad. (Acuña, 2012)
Creel
Estación Creel, o simplemente Creel, fue fundada el 26 de mayo de 1907 en lo que era una ranchería rarámuri llamada Nariachi. Tiene su origen como estación del ferrocarril que partiendo de la ciudad de Chihuahua, culmina en el puerto sinaloense de Topolobampo. La población debe su nombre al gobernador de Chihuahua Enrique Creel Cuilty, principal impulsor de los ferrocarriles en el estado.
Esta línea férrea, conocida actualmente como CH-P (Chihuahua al Pacífico) era antiguamente conocida como Ferrocarril Kansas City, México y Oriente, durante muchos años culminaba en Creel, hasta que en la década de los años 60 fue terminado su trazo actual por el gobierno mexicano.
Durante la dictadura de Porfirio Díaz, Enrique Creel ocupó el cargo de embajador de México en Washington. Fue gobernador constitucional del Estado de Chihuahua de 1907 a 1910, además de Secretario de Relaciones Exteriores al final del Porfiriato (1910-1911). Propietario de más de 600,000 ha., fue socio de la American Smelting and refining Co., y de la International Rubber Co.
“Como Gobernador del Estado, propone la “ley de mejoramiento de la raza tarahumara.” Es así como en estos tiempos, los ralámuli se ven confrontados con los proyectos del estado y de los religiosos basados en ideas indigenistas tal y como “la transformación cultural del indio a partir de su conversión en ciudadanos de la nación”
(...) Esta estrategia implicaba por un lado, la construcción de escuelas para niños indígenas en donde se transmitieran valores culturales occidentales a través de la castellanización, y por el otro, el control de los recursos del territorio ralámuli” (Sariego, 2002).
En 1996 el edificio principal de la Estación Creel pasa a albergar el Museo de la cultura rarámuri, renovado por Fodarch en 2017 “De esta manera el Museo se adecuó con salas renovadas en donde se presentan los rasgos más característicos de las tradiciones, expresiones artísticas y en general la manera de vivir de los ralámuli.”
Desarrollismo / Despojo
“La historia cuenta que cuando llegó el tren (a la Tarahumara) comenzaron a tumbar los árboles. También llegaron muchos aserraderos y ponían a trabajar a las personas de una manera muy violenta.” Luis Enrique Pérez, segundo gobernador de Bosques de San Elías Repechique, recuerda lo que le decían sus abuelos y padres. Los mayores también le contaron que las personas que llegaban de fuera les quitaban su producción de maíz: “Mis ancestros tenían que levantar la cosecha antes de tiempo, antes de que llegaran a quitarles. Otras personas murieron por defender. Ha sido una lucha muy triste. Cuando estaba chiquito, me decían: ‘vamos por la carretera, si ves personas mestizas, escóndete’. Crecimos con ese miedo”, dice el joven rarámuri. (P.Mayorga, 2020)
Extracto documental: Sukiki: Sierra Tarahumara, 1976,Alfonso Muñoz / Francois Lartigue, Película de acetato 16 mm. Producción: Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) / Secretaría de Educación Pública (SEP) Custodia INAH. Acervo Cineteca Nacional. Esta obra forma parte del patrimonio fílmico del Instituto Nacional de Antropología e Historia y ha sido preservada y digitalizada por la Cineteca Nacional de México.
Desarrollismo y extractivismo van de la mano en un modelo de crecimiento insostenible que se extiende desde el inicio de la Era Colonial : minería, infraestructura férrea de transporte, y más recientemente las pistas de un megalomaníaco aeropuerto internacional en Creel o un gasoducto. Bien amparándose en títulos de propiedad de dudosa legalidad en cuanto se otorgaron sin tener en cuenta a las comunidades locales, o bien por puro despojo por la fuerza, como ocurre con la creciente presencia de los cárteles del narcotráfico, imponiendo cultivos de opiáceos o talando el bosque, el resultado es una espiral de deterioro del ecosistema, pobreza y dependencia.
A partir de la década de los noventa, los gobiernos de Chihuahua y federal comenzaron a visualizar a la Sierra Tarahumara como un territorio potencial para el desarrollo turístico y se formalizó un programa de inversión pública conocido como Plan Maestro Barrancas del Cobre.
“Desde que era niña veíamos camiones que llevaban bolillos (troncos); que cortaban pinos. Nos quejábamos con los gobernadores (líderes indígenas), pero nunca les hacían caso. Han seguido cortando el bosque, también se llevan las piedras”, explica Teresa González.
“La civilización, tal como les llega a los tarahumaras, ningún beneficio les presta. Sacude rudamente las columnas del templo de su religión. El Ferrocarril Central Mexicano aplasta sus cactos sagrados, cuya ira redunda para los pobres tarahumaras en años de escasez y desgracias. En tanto que ellos de privan del placer de fumar durante el día para no ofender al sol con el humo, arrójanlo en espesas nubes día con día, los hornos y máquinas de los blancos, dejando à los indios fuera de la vista de Tata Dios que no puede cuidarlos. En la locomotora misma, ven la representación del Diablo con larga lengua y crecida barba.” (Lumholtz, 1894)
Economía Circular
El eco-desarrollo o desarrollo endógeno parte de formas participativas comunitarias de gestionar los recursos locales de forma sostenible. Los proyectos que Mogótavo o Repechique plantean, dirigiendo allí los recursos de los fideicomisos, parten de ese enfoque.
La propuesta de Campo Adentro con F. Marso consiste en enlazar diferentes iniciativas y crear sistemas de intercambio y aprendizaje mutuo que cierren el círculo económico, ecológico y de fortalecimiento cultural que va desde la cría de ovino y el pastoreo, el acopio y procesado de la lana, y la formación de mujeres rarámuri de mano de aquellas que aún conocen la técnica del tejido de cobijas.
Se busca también abrir nuevos canales de comercialización directa que doten de un mayor valor a esta artesanía. Igualmente, otras acciones de fomento del asociacionismo entre mujeres pastoras, o talleres de serigrafía para jóvenes y de creación artística a través de la palabra irán acompañando el proyecto .
Ecosistema / Territorio
“El país de los Tarahumara está lleno de signos, de formas, de efigies naturales que en modo alguno parecen nacidos al azar, como si los dioses, a los que aquí se nota por doquier, hubiesen querido significar sus poderes en esas extrañas formas en las que la figura del hombre aparece enseguida por todas partes. Es cierto que no faltan lugares en la Tierra donde la naturaleza, movida por algo así como un capricho inteligente, has esculpido formas humanas, pero aquí el caso es diferente: pues la naturaleza ha querido hablar a lo largo de toda la extensión geográfica de una raza.... los tarahumara cayeron del cielo en una Naturaleza ya preparada que ha querido pensar como un hombre. Así como hizo evolucionar a unos hombres, así también lo hizo con rocas.” (A. Artaud, 1936)
La densidad de población no alcanza los dos habitantes por kilómetro cuadrado. Las casas están alejadas de los caminos y se ubican en las proximidades de los cultivos. “Pueblo” en ésta área es una circunscripción de muchísimos kilómetros cuadrados, donde habitan familias separadas por bosques valles o elevaciones de terreno.
La movilidad estacional es uno de los rasgos más característicos de los tarahumara. Las familias se trasladan en invierno desde las zonas altas de la sierra, donde las temperaturas pueden alcanzar los -20º C, hasta las zonas bajas de las barrancas, donde se mantienen temperaturas más cálidas y constantes a lo largo del año. En algunas ocasiones traslada la familia entera y a veces sólo algunos miembros encargados del cuidado de los animales, que de otra manera no sobreviven las bajas temperaturas.
(A. Amador Naranjo, 1995)
Teresa, de la comunidad de Repechique, no entiende por qué la acusan de despojo: “Nosotros somos los primeros que somos aquí. Nosotros vivimos cuidando todo el bosque, trabajando la tierra y haciendo quehaceres, cuidando nuestro hogar y no nomás como dicen (…) nosotros no compramos un terreno para estarnos nada más ahí. Nosotros cuidamos alrededor del territorio. Ellos compraron según el territorio, cuando ya existíamos aquí, pero ellos quiénes son o qué.”
Característico es de las barrancas las grandes inclinaciones en los terrenos, por lo que pocas son las superficies lo suficientemente planas para el cultivo de la principal planta alimenticia: el maíz. (Martinez et.al, 2013).
Luis Pérez de Repechique explica por qué su defensa del territorio es también una defensa del bosque: “Los árboles retienen la tierra. De otra forma, sería pura laja y no tendríamos ni dónde sembrar. Los árboles detienen la humedad, que no haya deslaves. Ya hay partes que están secas por los incendios o por la tala indiscriminada. Hay lugares donde casi no hay tierra para sembrar. Ya hay una zona que mucho tiempo talaron, ahora casi no hay tierra, hay muchas manchas ya en la comunidad.”
El relato rarámuri de que solo una cobija, que se ha usado varias generaciones, podríaprotegerlos de un diluvio, puede bien ser una metáfora contra el derroche. Este relato remite a la importancia del uso de los recursos naturales solo para lo que es necesarioen su cotidianidad: alimentación, indumentaria y protección, pues se dice que “tata Dios” podría castigarlos ahogándolos en la inundación.
Pastoreo / Gonogochi
Gonogochi es una comunidad a orillas del Lago Arareko, parte de la misión S. Ignacio de Arareko, cercana a Creel. Allí diversas mujeres han apostado por la cría de borregas con razas adaptadas a una mayor producción lanera y de mayor calidad.
El pastoreo se introduce en la Sierra Tarahumara en el s. XVI y fue rápidamente adoptado por la cultura rarámuri, por ser un animal rústico y adaptable a los terrenos pobres y escarpados de la Sierra. En rebaños de pequeños números, alrededor de media docena por familia, se unían a veces para ser pastoreados por una misma persona, normalmente niño o niña de la comunidad. En un ecosistema como la Tarahumara, con mucho riesgo de erosión y tan poca profundidad de suelos, el constante abonado es fundamental para lograr la fertilidad necesaria para el cultivo. La ganadería por tanto permitió milpas más productivas y sobre todo semi-estantes, por renovar la fertilidad del suelo, frente al casi nomadismo anterior. También dio lugar a toda la artesanía del tejido de lana.
Agripina se ha dedicado al pastoreo desde niña y como lideresa comunitaria en la actualidad promueve la creación de un Centro Comunitario de Gonogochi. Como parte de este proyecto, avanzamos hacia la creación de una Asociación de criadoras de ovino rarámuri, que nuestro sueño sería que se sumará a la Red del Desierto, con otros pueblos indígenas pastores como el Huichol y el Dinéh ( Navajo) integrándose a su vez en la Alianza Mundial de Pastores Indígenas y Nómadas - WAMIP, y hacer oir su voz en los foros internacionales y nacionales con mayor fuerza.
Hilos
Los Rimuká son los hilos que unen el mundo de las almas o riwigachi con lo terreno; Estos hilos deben ser cortados desde que el niño nace mediante el wikubema: rito de agregación al grupo y han de asegurarse de que permanezcan de esa forma en la edad adulta. Si no, estos hilos pueden conducir "sombras" y energías provenientes de la segunda "casa de arriba" capaces de enfermar o entristecer las almas de los que están en la tierra.
A diferencia de otras culturas que jamás cortarían estos hilos, para los rarámuri significan mantenerse en este plano de la realidad - "no pensar tanto" por lo que el wikubema permite “la cualidad de humanidad… vivir en la Tierra, tener un cuerpo, fuerzas vitales y cumplir las reglas dentro de una comunidad… el hilo se relaciona con la iluminación espiritual, entendida como la búsqueda de la fortaleza física y emocional para vivir en la Tierra” (Pintado 2012)
Extraídos de la lana virgen a mano, los hilos, así como las fibras vegetales de aguja de pino o maguey, atraviesan y conectan lo cotidiano con una cosmogonía, así como los senderos surcan barrancas en la Sierra Tarahumara, como los pasos de los yúmari o danza colectiva suponen coreografías de ensamblaje entre comunidad y ecosistema.
Lumholtz
“Me resolví a estudiar este interesante pueblo, y como no era práctico hacerlo ni con la reducida gente que llevaba entonces, poco a poco fui desbandándola hasta quedar sin nadie, vendiendo la mayor parte de los animales y del equipo”
Nacido en Oslo en 1851, hijo de un oficial del ejército noruego, desde niño se dedica a caminatas por lugares silvestres y a formar colecciones zoológicas. Tras un extenso trabajo de campo en Australia, viaja a EEUU, toma contacto con Franz Boas, gana el apoyo financiero del Museo de Historia Natural, y en México del dictador Porfirio Díaz. Lumholtz tiene una ambición definida: rastrear en la Sierra Madre.
Comienza allí una de las grandes aventuras de la antropología y de la fotografía, que tendrá como resultado el relato de los viajes y de las observaciones de Lumholtz (El México Desconocido, publicado por primera vez en 1902), más de 2.000 negativos de vidrio, colecciones de plantas (27 especies desconocidas hasta entonces), mamíferos (55), un millar de aves y una profusa colección de objetos de los pueblos indígenas de la Sierra Madre.
A partir de diciembre de 1891, y hasta 1898, el noruego, sólo, con su cuaderno de notas y su engorroso equipo de fotografia en el lomo de mulas, permanecerá viajando por la Sierra Madre, conviviendo con los pueblos indígenas, registrando imágenes de paisajes, de flora y de fauna, de fiestas, hechiceros, cazadores y guerreros, hombres y mujeres, indígenas o mestizos. Fotografía inclusive especies luego desaparecidas, como el pájaro carpintero imperial, y un árbol bautizado como Pinus lumholtzii, hoy llamado “pino triste.” Más de dos mil placas de vidrio conservan sus imágenes, hoy en el Museo de Historia Natural de Nueva York . En una época en que aún predominaba la fotografía de motivos típicos o exóticos, veinte años antes de Malinowski, Lumholtz elabora espontaneamente un empleo propiamente etnológico, vinculado a la recuperación integral de una cultura, embebida en un ambiente determinado
“Prácticamente, Lumholtz inventó la técnica de la observación participante”, dice el antropólogo mexicano Jesús Jáuregui. “En esa época, los etnólogos victorianos solían establecer jerarquías simples de la cultura humana a partir de unas cuantas anécdotas dispersas. Entonces llegó ese extraño noruego y pasó largos períodos de tiempo con los indígenas, aprendiendo su verdadera complejidad. Logró algo muy raro: levantar esa máscara que ellos llevan en presencia de los extraños.”
Otra contribución pionera de Lumholtz es la utilización de cilindros de cera para grabar canciones indígenas, un recurso tecnológico que recibió del propio Alexander Graham Bell. Las grabaciones, conteniendo sesenta canciones, se conservan en el Museo de Oslo. En algún momento, en las quejumbrosas reproducciones, entre las voces de los indígenas se destaca la grave y dulce voz del propio Lumholtz, entonando una melancólica canción de marineros noruegos, al final de una larga noche de ceremonia y toma de tesgüino
Misiones
“La organización del territorio en este enclave remoto de Nueva Vizcaya se vertebró a través de la misiones a cargo de la orden Jesuita . Se promovían como lugares de exigida asistencia, pues si no resultaba imposible la labor de evangelizar a poblamientos tan dispersos y de dificil acceso. Por todos los condicionantes que implicaba volverse parroquiano, muy a menudo se evitaba congregarse y bautizarse.
Los rarámuri no querían extraños en su territorio, porque se les quería imponer un modo de vida y trabajo diferente para el servicio de los españoles, que se reunieran en sus poblados y que dejaran sus creencias, sus ritos, sus fiestas. Por esas razones lucharon defendiendo su fe y su cultura.
Padre R. "Ronco" Robles, 1989
Hubo cinco rebeliones mayores con quince años de guerra de 1616 a 1698 y las misiones fundadas solo pudieron trabajar durante 32 y 29 años en todo el siglo. Inmediatamente despues en 1700 la corona española obligó a los jesuitas a salir, resultando en un abrupto abandono de las misiones establecidas por esta orden. Más de veinte misiones fueron destruidas por los rarámuri y otros tantos misioneros murieron en los levantamientos del XVII. La invasion de la fuerza bruta sobre el derecho de los indígenas era un hecho doloroso pero real. Los rarámuri aprendieron de la historia y advirtieron que la guerra contra los arcabuces, que daban voces por el aire, no era camino para la vida del pueblo. Optaron por tácticas diferentes - que podríamos calificar de silencio, resistencia pacífica y de refugio en las montañas - para salvar lo importante.
Padre R. "Ronco" Robles, 1989
Adoptaron así, en cierta libertad, a los misioneros y su fe por el sustrato de coincidencias y conveniencias que debió existir. Así se explica que no hayan aceptado la totalidad de lo predicado, que hayan seleccionado a su manera lo que si enriquecía su visión de Dios y del mundo, dejando a un lado lo que no les pareció significativo. Tal vez con un poco de amore y otro poco de temor, hubo una adopción selectiva, porque si hasta hoy los misioneros siguen siendo aliados aceptados y queridos, los “chabochis” ( no-indígenas) siguen siendo adversarios, temidos, evitados, en parte odiados, aunque en convivencia pacífica.
Padre R. "Ronco" Robles, 1989
En S. Ignacio de Cusárare encontramos por todos los muros pinturas al fresco de motivos geométricos de líneas entrelazadas, los mismos que encontramos en fajas, cobijas y otros elementos de la cultura textil, a modo de sintaxis abstracta de un lenguaje que representa elementos del territorio y la cosmovisión indígena, encriptada, tal y como estudia la antropóloga Sabina Aguilera sobre el textil rarámuri
Video tomado en la comunidad de Rejogochi, diciembre 2020
Mogotavo
Palabras de Manuel Miguel Cruz, habitante de Mogótavo:
“No nos queremos salir. Somos como árboles, somos raíz de ahí porque ahí nacimos, y de ahí es nuestro tronco común de nuestros abuelos, bisabuelos, nuestros ancestros. Nosotros nacimos ahí, no en un hospital. La placenta de nuestra madre ahí quedó, en una cueva o en una casa, el ombligo que portamos de bebé ahí quedó enterrado, y tenemos los panteones muy antiguos, en donde sacaron el material, en la barranca y donde tiran la basura.”
Aguilera y Pintado, 2013
Mogotavo es una comunidad indígena con posesión ancestral de su territorio. Su solicitud de dotación ejidal y sus demandas de revisión fueron sistemáticamente negadas con el argumento de que los topógrafos dictaminaban recurrentemente que dada la supuesta “dispersión” en su patrón de asentamiento, no existían como asentamiento humano. De manera paralela, un particular vinculado al gobierno, solicitaba le fuera asignada la propiedad privada de un predio al interior de la comunidad. En contraste a la desatención dada a la comunidad, el gobierno le concedió el predio en relativamente poco tiempo.
En la práctica terminaron ocupando ilegalmente, inclusive tierras de propiedad nacional. En el año 2008, se anuncia la construcción del Megaproyecto Turístico Barrancas del Cobre e inicia el hostigamiento a la comunidad para que desaloje su territorio ancestral.
Pies ligeros
En las carreras de bola tradicionales se puede llegar a correr hasta 270 kilómetros sin detenerse, con recorridos de cerca de 700 kilómetros en pocos días ( equivalente a 16 maratones), calzando huaraches de suela de llanta y cuero.
“Se cuenta que antiguamente, en los días de los antepasados, los tarahumaras eran como las flores, que nacían en primavera y se secaban en otoño (...) Y se dice que fue tan solo con el tiempo que aprendieron a vivir con más fuerza y a durar por muchos años, como es ahora.
Que son los de pies ligeros, los corredores (...) Que son la Gente del Rayo, así dicen los que conocen las palabras antiguas (..).”
Enrique A. Servin, 2015
Desde los Juegos Olímpicos de Amsterdam 1928, en los que participaron dos tarahumaras, hasta la actualidad, en la que muchos rarámuris siguen compitiendo a nivel internacional, las carreras han abierto alternativas y posibilidades para de mejorar su calidad de vida. El interés por esta comunidad se despertó especialmente a raí¬z del best seller de Christopher McDougall "Nacidos para correr", que impulsa incluso el movimiento conocido como barefoot que aboga por correr descalzo como lo hacía el ser humano en su estado más primitivo. En consonancia con este interés en los corredores tarahumaras, en 2019 Netflix lanza el cortometraje documental Lorena, la de pies ligeros, el film ganó el Ariel al Mejor cortometraje documental y llevó a Lorena a ser la portada de la revista Vogue, entre otros reconocimientos.
Origen
¨Y la tierra se fue llenando de cosas. Eran muy diferentes entre sí, unas eran muy grandes y otras eran muy chicas; unas estaban quietas y otras podían moverse. Unas son rocas, otras son pinos . Unas se llaman abetos, madronas, tascares; otras se llaman pájaros, perros, tejones, zorras, coyotes, lobos.
Todos eran personas.
Así nacieron la arena, el lodo, el zacate, las flores, los guijarros, las rocas, las montañas. Así nacieron los mapaches y los cholugos. Así nacieron también las moscas, las avispas, los chuyacos y las águilas:todas las cosas que vuelan.
Otras estrellas se convirtieron en los tarahumaras, que son la gente de las estrellas. Porque así es como se dice que nacieron los tarahumaras: de las estrellas caídas.
Entonces Sol y Luna se separaron, y arriba quedaron ellos A’losópali y Chi´losópali, y los hermanos menores, las estrellas. Y abajo quedó el mundo con todas las cosas inmóviles, y con las cosas que se mueven, y con todas las cosas que vuelan, y con los antiguos tarahumaras¨.
Enrique A. Servín Herrera, 2014
Repechique
“El taller de costura lo soñamos muy bonito. Las señoras dicen: ‘qué bueno que esta vez va a existir este taller’. Las personas van a aprender mucho, van a aprender a usar máquinas. Es un espacio para las señoras.”
En abril de 2014, el juez Octavo de Distrito, Ignacio Cuenca Zamora, falló a favor de la comunidad de Bosque de San Elías Repechique porque no fueron consultados para la construcción del aeropuerto de Creel. El amparo favoreció a 33 rancherías de la región.
En la sentencia, el juez reconoció la posesión ancestral del territorio de la comunidad demandante y ordenó al gobierno estatal la creación de un fideicomiso, por 65 millones de pesos (alrededor de 2 millones de dólares), como reparación por el daño causado. El plan primero de inversión en proyectos comunitarios fue aprobado por la asamblea rarámuri de Repechique y después por el comité técnico. En 2019, primero, construyeron un salón de usos múltiples. El taller de costura es otro de los proyectos aprobados y su realización está a cargo de Teresa González
Ya estaba terminada la obra del taller, a través del trabajo comunitario, apareció un empresario de Chihuahua con títulos de propiedad asegurando que su familia había comprado esas tierras en 1961, demandando a Teresa González por despojo y clausurando la fiscalía el taller y paralizando las obras.
El día en que los policías estatales llegaron por ella y colocaron los sellos de clausura, la comunidad la protegió. “Todos somos Teresa”, respondieron. Los agentes advirtieron que los arrestarían a todos; los rarámuri no bajaron la guardia: “Todos somos Teresa”, repitieron. Alrededor de 50 mujeres, hombres, niñas, niños y adultos mayores caminaron por el sendero de terracería que va de la comunidad a la carretera, siguieron andando durante cerca de dos horas hasta llegar a la ciudad de Creel, para quedarse frente a la oficina del Ministerio Público. A día de hoy el taller sigue clausurado.
La comunidad ya eligió el nombre que tendrá el taller de costura. Lo llamarán “Najativo”, palabra rarámuri que significa “seguir el camino.” Un vocablo que representa, también, lo que ha sido su lucha: “Es un camino largo y a pesar de todo —dice Teresa—, estamos con la esperanza de que se respete el territorio.”
Resistencia / Autoorganización
Históricamente las comunidades han tenido un depurado sistema de autogobierno y representación, cuyos lí¬deres prestan sus servicios en cargos rotatorios. En los años 70 y 80 toma fuerza un proceso de reivindicaciones y empoderamiento por parte de las comunidades rarámuri, que va de la mano del desarrollo de marcos legales en el derecho internacional. Igualmente, en esta época, comienzan a aparecer organizaciones independientes que van apoyando las intrincadas demandas legales contra el extractivismo y a favor del reconocimiento de territorios comunitarios; un ejemplo de estas organizaciones son CONTEC y Alianza Sierra Madre.
Choreachi logró llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo que en marzo de 2017 emitió medidas provisionales para toda la comunidad, con el objetivo de salvaguardar la integridad física de sus habitantes. Y Coloradas de la Virgen es la comunidad indígena que más líderes asesinados ha aportado en la lucha por el territorio.
Mogótavo también consiguió que se resarciera a la comunidad por los daños en el desarrollo de infraestructuras turísticas en Barranca del Cobre, sirviéndose del fideicomiso para levantar diversos servicios en la comunidad.
En el municipio de Carichí, comunidades como Baqueachi, acompañadas por la organización Bowerasa, ha ganado ocho juicios agrarios contra caciques. El último fue en mayo de 2018, cuando recuperaron 350 hectáreas de agostadero y 100 hectáreas agrícolas que ya estaban devastadas.
En el caso de Bosques de San Elías Repechique, hace más de cuarenta años, empresarios de la región adquirieron 12 propiedades —poco más de 11 mil 500 hectáreas—, sin importar que esas tierras ya eran habitadas desde mucho tiempo atrás por los rarámuri, explica Diana Villalobos, directora de Consultoría Técnica Comunitaria (Contec), organización que da acompañamiento legal a la comunidad.
“Ha sido muy difícil, porque nuestra palabra y exigencia no ha sido respetada. Y nuestras exigencias ahí están, vamos y venimos y pura vuelta. A veces ni siquiera nos hacen un documento, nada. Vamos al Ministerio Público y nada más nos oyen, nunca ha habido una resolución”
Teresa Gonzalez, lideresa de la comunidad de San Elias Repechique
Tejido
“...el textil es la conjunción o síntesis del todo, porque en él encontramos tejidos ojos, espejos, flores, cruces, cerros, escaleras, espirales, es decir, las representaciones de los elementos estructurantes del universo y de los seres vivientes. Se trata de fuerzas contrarias, cuyo flujo se percibe como un ritmo, un ciclo entre la vida y la muerte, la creación y la destrucción”
(Aguilera, 2014, p. 152).
Tejer mantiene el ritmo insondable del tiempo, de los ciclos, de los patrones repetidos como símbolos del devenir. En el caso de la cestería se comienza por un vórtice. Tejer la cesta implica abrir desde el centro la onda en espiral, cuya metáfora remeda el orden de los astros dispuestos en la galaxia. Las fajas que portan en la cintura (tanto hombre como mujeres) se conforman de patrones que dibujan una especie de mapa, y denotan el origen de quien la porta. Digamos que la faja refleja y contiene el espacio tanto físico como simbólico en que transitan los tarahumara.
Sobre la relación del tejido con el cosmos, la autora explica también que los hilos que conforman el universo se entienden como interconexiones que permiten el movimiento de los astros “como los caminos a través de los cuales las deidades, almas y demás entidades pueden desplazarse en las diferentes dimensiones” Se concluye que, a través de este otro objeto, tejido también en el contexto de la relación de los hilos con la vida, se representa una forma de ser y de ver el mundo; el proceso de creación de la cobija rarámuri “implica necesariamente un conocimiento cosmogónico y tecnológico que, al ser plasmados en el objeto creado, reproducen a la cultura en su conjunto”
(Aguilera, 2011b, p. 61).
Voz / Palabra
La palabra ocupa un lugar poderoso en el mundo. Por eso ha de usarse con cautela. El silencio contiene expresiones de valor, y comunica aprecio, respeto, comunión con el otro.
La permanencia de la lengua vincula y entreteje relaciones de un pueblo que a menudo tuvo en ella el único espacio propio sin invadir.
Parte del tronco lingüistico yuto-nahua, los datos censales contabilizan actualmente 85.316 hablantes de la lengua tarahumara en el estado de Chihuahua, de los cuales el 14.6 % no habla español y la cifra se eleva a 19% entre las mujeres.
Apelando a los orígenes del rap, nacido en los barrios y en la calle, el dueto Raprámuri surgió de uno de los asentamientos tarahumaras que existen en las periferias de la ciudad de Chihuahua, expresando la cultura rarámuri y sus demandas, y para e incentivar a las nuevas generaciones a hablar su lengua materna sin temor a ser criticados.
Con sus letras y rimas, Jairo y Mateo buscan que los parlantes del rarámuri sean cada vez más y también empoderar a las nuevas generaciones para que se sientan orgullosas de sus raíces.
“Les decimos que no tengan vergüenza, que lo hablen en las calles y también en su casa”