Agosto 31 – Octubre 18, 2013

La segunda muestra individual de Virginia Colwell en México, Capricho Enfático, se compone de series de dibujos, videos, fotografías y acciones, que se derivan de la investigación de la artista sobre uno de los casos que llevó su padre como agente del FBI: la captura del entonces fugitivo en Puerto Rico, Arturo “El Negro” Durazo – Ex Jefe de la ya desaparecida Dirección General de Policía y Tránsito de México, durante el sexenio presidencial de José López Portillo.

El periodo en el poder de “El negro” Durazo, dejó detrás de sí múltiples historias de corrupción, extorsión y flagrantes despliegues de poder que lo convirtieron en la personificación de la corrupción mexicana de la época y dieron lugar a una serie de anécdotas y leyendas de las que se han escrito libros y hecho varias películas. La manera en la que el caso de Durazo combina asuntos políticos e históricos con la ficción y el imaginario colectivo, se hace presente en los detallados dibujos y complejos videos e instalaciones de la artista.

La obra en la exposición mezcla información tomada del archivo de su padre, recuerdos de su vida en Puerto Rico, artículos de revistas, libros y películas mexicanas acerca del caso, así como documentos desclasificados que ha ido solicitando al FBI y a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. En Capricho enfático Virginia Colwell pone de manifiesto las diferencias entre los registros públicos y los privados, las narrativas oficiales y los rumores, los hechos y las ficciones, provocando preguntas sobre el juicio, la justicia, la empatía, el poder, y sobre todo, la forma en que conocemos el pasado.

El título de la muestra refiere a la serie de Goya Las Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Bonaparte y otros caprichos enfáticos, en la que se cruzan cuestiones que son producto de su imaginación con los hechos históricos que el artista español observaba. De esa misma forma, Colwell va más allá de los detalles históricos o de la puesta en evidencia de los excesos de la corrupción mexicana de la época y de la compleja relación del gobierno estadounidense con los asuntos políticos mexicanos; la artista investiga los muchos cruces entre realidad y ficción que hay en el imaginario colectivo acerca del caso de Durazo, así como la intrincada forma en la que se construye la versión oficial de la historia, a partir de las visiones personales subjetivas de la misma.